16 noviembre, 2011

La UE tipifica como delito la inducción al racismo y la xenofobia



La Unión Europea ha acordado tipificar como delito la incitación al racismo y la xenofobiaen todos los países comunitarios, aunque con garantías para aquellos donde la libertad de expresión permite esas manifestaciones.
Algunos países necesitan tener confirmación de sus Parlamentos
En virtud de esta decisión se establecen penas de entre uno y tres años de prisión para las incitaciones a la violencia contra grupos por su origen étnico o nacional, así como para la negación de los crímenes contra la Humanidad o los genocidios reconocidos por tribunales internacionales.
También se perseguirá la negación de los genocidios 

El acuerdo del Consejo de Ministros de Justicia e Interior incluye la reserva provisional de media docena de países, algunos de los cuales necesitan la confirmación de sus Parlamentos o Gobiernos.

Perseguir a quienes nieguen los genocidios internacionalmente reconocidos supone un duro revés a las aspiraciones turcas de entrar en la Unión Europea, ya que su Gobierno no reconoce como genocidio la muerte de decenas de miles de armenios bajo el poder otomano en 1915, a pesar de las peticiones de la Eurocámara para que varíe su postura.

el racismo de la inteligencia


Por Pierre Bourdieu
Ante todo quisiera decir que hay que tener presente que no hay un racismo sino racismos; hay tantos racismos como grupos que necesitan justificar que existen tal y como existen, lo cual constituye la función invariable del racismo.
Me parece importante aplicar el análisis a las formas de racismo que son probablemente las más sutiles, las más difíciles de reconocer, y por ende las que más rara vez se denuncian, quizá porque los denunciantes ordinarios del racismo poseen ciertas propiedades que los inclinan hacia esta forma de racismo. Me refiero al racismo de la inteligencia. El de la inteligencia es un racismo de la clase dominante que se distingue por una cantidad de propiedades de lo que se suele designar como racismo, es decir, del racismo pequeñoburgués que es el blanco principal de la mayoría de las críticas clásicas, empezando por las más fuertes, como la de Sartre.
El racismo es propio de una clase dominante cuya reproducción depende, en parte, de la transmisión del capital cultural, un capital heredado cuya propiedad es la de ser un capital incorporado, pero aparentemente natural, nato. El racismo de la inteligencia es aquello por lo cual los dominantes tratan de producir una "teodicea de su propio privilegio", como dice Weber, esto es, una justificación del orden social que ellos dominan. Es lo que hace que los dominantes se sientan justificados de existir como dominantes, que sientan que son de una esencia superior. Todo racismo es un esencialismo y el racismo de la inteligencia es la forma de sociodicea característica de una clase dominante cuyo poder reposa en parte sobre la posesión de títulos que, como los títulos académicos, son supuestas garantías de inteligencia y que, en muchas sociedades, han sustituido en el acceso a las posiciones de poder económico a los títulos antiguos, como los de propiedad o de nobleza.
Algunas de las propiedades de este racismo se deben también a que las censuras en relación con las formas de expresión del racismo se han reforzado, por lo cual la pulsión racista sólo puede expresarse en formas muy eufemizadas.
La forma de eufemización más común hoy en día es, claro, el aparente carácter científico del discurso. Si se invoca el discurso científico para justificar el racismo de la inteligencia, esto no se debe sólo a que la ciencia representa la forma dominante del discurso legítimo, también y sobre todo se debe a que un poder que cree estar fundado en la ciencia, un poder de tipo tecnocrático, recurre naturalmente a la ciencia para fundar su poder; se debe a que la inteligencia es la que legitima para gobernar cuando el gobierno se dice fundado en la ciencia y en la competencia "científica" de los gobernantes (piensen en el papel de la ciencia en la selección escolar, donde la matemática se ha convertido en la medida de toda inteligencia). La ciencia es cómplice de todo lo que le piden que justifique.
Una vez dicho esto, creo que simple y sencillamente hay que rechazar el problema de los fundamentos biológicos o sociales de la "inteligencia", en el que se han dejado encerrar los psicólogos. Más que tratar de responder a la pregunta de manera científica, hay que tratar de hacer la ciencia de la pregunta misma; hay que tratar de analizar las condiciones de aparición de este tipo de interrogación y del racismo de clase que introduce. Es la forma extrema de los discursos que utilizan ciertas asociaciones de exalumnos de grandes escuelas, que son palabras de jefes que se sienten fundados en la "inteligencia" y que dominan una sociedad fundada en la discriminación basada en la "inteligencia", es decir, fundada en lo que mide el sistema escolar con el nombre de inteligencia. La inteligencia es lo que miden los tests, lo que mide el sistema escolar. Esta es la primera y última palabra de un debate que no se puede resolver mientras permanezcamos en el terreno de la psicología, porque la propia psicología (al menos los tests de inteligencia) es producto de determinantes sociales que son el principio del racismo de la inteligencia, un racismo propio de las "élites" que tienen intereses en la elección escolar, de una clase dominante que extrae su legitimidad de la clasificación escolar.
La clasificación escolar es una clasificación social eufemizada, por ende naturalizada, convertida en absoluto, una clasificación social que ya ha sufrido una censura, es decir, una alquimia, una transmutación que tiende a transformar las diferencias de clase en diferencias de "inteligencia", de "don", es decir, en diferencias de naturaleza. Jamás las religiones lo hicieron tan bien. La clasificación escolar es una discriminación social legitimada que ha sido sancionada por la ciencia. Aquí es donde nos encontramos con la psicología y el apoyo que ha aportado desde sus orígenes al sistema escolar. La aparición de los tests de inteligencia, como el de Binet-Simon, está relacionada con el momento en que, con la escolaridad obligatoria, llegaron al sistema escolar alumnos que no tenían nada que hacer allí porque no tenían "disposiciones", no eran "bien dotados", es decir, su medio familiar no los había dotado con las disposiciones que supone el funcionamiento común del sistema escolar: un capital cultural y cierta buena voluntad hacia las sanciones escolares. Los tests que miden las disposiciones sociales que requiere la escuela -de allí su valor predictivo del éxito académico- están hechos justamente para legitimar de antemano los veredictos escolares que los legitiman.
Debemos preguntarnos cuál es la contribución de los intelectuales al racismo de la inteligencia. Sería bueno estudiar el papel de los médicos en la naturalización de las diferencias sociales, de los estigmas sociales, el papel de los psicólogos, psiquiatras y psicoanalistas en la producción de los eufemismos que permiten designar a los hijos de los subproletarios o de los emigrados de tal forma que los casos sociales se conviertan en casos psicológicos, las deficiencias sociales en deficiencias mentales, etc. En otras palabras, habría que analizar todas las formas de legitimación del segundo orden que vienen a reforzar la legitimación escolar como discriminación legítima sin olvidar los discursos de aspecto científico, el discurso psicológico, y las propias palabras que pronunciamos.

04 octubre, 2011

FRASES de Martin Luther King

"Si supiera que el mundo se acaba mañana, yo, hoy todavía, plantaría un árbol."


"Si ayudo a una sola persona a tener esperanza, no habré vivido en vano."


"Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces; pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos."


"Nada en el mundo es más peligroso que la ignorancia sincera y la estupidez concienzuda."


"Nada se olvida más despacio que una ofensa; y nada más rápido que un favor."


"Si el hombre no ha descubierto nada por lo que morir, no es digno de vivir."


"La violencia crea más problemas sociales que los que resuelve."


"Una nación que gasta más dinero en armamento militar que en programas sociales se acerca a la muerte espiritual."

Martin Luther King


(Atlanta, 1929 - Memphis, EE UU, 1968) Pastor baptista estadounidense, defensor de los derechos civiles. Hijo de un ministro baptista, Martin Luther King estudió teología en la Universidad de Boston. Desde joven tomó conciencia de la situación de segregación social y racial que vivían los negros de su país, y en especial los de los estados sureños.
Convertido en pastor baptista, en 1954 se hizo cargo de una iglesia en la ciudad de Montgomery, Alabama. Muy pronto dio muestras de su carisma y de su firme decisión de luchar por la defensa de los derechos civiles con métodos pacíficos, inspirándose en la figura de Mahatma Gandhi y en la teoría de la desobediencia civil de Henry David Thoreau. Al poco de llegar a Montgomery organizó y dirigió un masivo boicot de casi un año contra la segregación en los autobuses municipales.

Martin Luther King
La fama de Martin Luther King se extendió rápidamente por todo el país y enseguida asumió la dirección del movimiento pacifista estadounidense, primero a través de la Southern Cristian Leadership Conference y más tarde del Congress of Racial Equality. Asimismo, como miembro de la Asociación para el Progreso de la Gente de Color, abrió otro frente para lograr mejoras en sus condiciones de vida.
En el verano de 1963, su lucha alcanzó uno de sus momentos culminantes cuando encabezó una gigantesca marcha sobre Washington, en la que participaron unas doscientas cincuenta mil personas, ante las cuales pronunció uno de sus más bellos discursos por la paz y la igualdad entre los seres humanos. Él y otros representantes de organizaciones antirracistas fueron recibidos por el presidente Kennedy, quien se comprometió a agilizar su política contra el segregacionismo en las escuelas y en la cuestión del desempleo, que afectaba de modo especial a la comunidad negra.
En 1960 aprovechó una sentada espontánea de estudiantes negros en Birmingham, Alabama, para iniciar una campaña de alcance nacional. En esta ocasión, Martin Luther King fue encarcelado y posteriormente liberado por la intercesión de John Fitgerald Kennedy, entonces candidato a la presidencia de Estados Unidos, pero logró para los negros la igualdad de acceso a las bibliotecas, los comedores y los estacionamientos.
No obstante, ni las buenas intenciones del presidente, quien moriría asesinado meses más tarde, ni el vigor ético del mensaje de King, Premio Nobel de la Paz en 1964, parecían suficientes para contener el avance de los grupos nacionalistas de color contrarios a la integración y favorables a la violencia, como Poder Negro, Panteras Negras y Musulmanes Negros. La permeabilidad de los colectivos de color, sobre todo de los que vivían en los guetos de Nueva York y de otros estados del norte, a la influencia de estos grupos violentos, ponía en peligro el núcleo del mensaje de King, el pacifismo.
En marzo de 1965 encabezó una manifestación de miles de defensores de los derechos civiles que recorrieron casi un centenar de kilómetros, desde Selma, donde se habían producido actos de violencia racial, hasta Montgomery. La lucha de Martin Luther King tuvo un final trágico: el 4 de abril de 1968 fue asesinado en Memphis por James Earl Ray. Mientras se celebraban sus funerales en la iglesia Edenhaëser de Atlanta, una ola de violencia se extendió por todo el país. Ray, detenido por la policía, se reconoció autor del asesinato y fue condenado con pruebas circunstanciales. Años más tarde se retractó de su declaración y, con el apoyo de la familia King, pidió la reapertura del caso y la vista de un nuevo juicio.

RACISMO E INCLUSIÓN SOCIAL



En todas las sociedades ha existido el racismo. Es por eso que una sociedad no solo se estratifica económicamente, sino tambiénracialmente.
No es extraño escuchar en las calles de Lima, como insulto “negro demie…” o “negro pu…” Se puede decir que se ha hecho algo habitual.
El racismo ha estado presente desde la llegada de los españoles, donde se discutió la condición humana del indio entre dos sacerdotes españoles: “Sepúlveda y Bartolomé de las Casas, el primero sostenía que el indio no era un ser humano y prueba de ello era su grado de ignorancia y salvajismo, el segundo conocido como el “apóstol de los indios”, sostenía lo contrario, que el indio americano si era un ser humano, prueba de ello fue la conversión de muchos indios al cristianismo”.
Los españoles antes de su llegada a América del Sur, su racismo era hacia la raza negra. Es por eso que en nuestra sociedad se ha inculcado una preferencia por la piel blanca que por la negra, cuando la piel de un peruano hecha más para blanco que para negra, no eres tan discriminado. Cuando los de raza negra llegaron a América eran destinados a la labor domestica y unos cuantos a las minas, pero su sangre no oxigenaba en la Sierra pero el indio fue destinado solo a las minas, debido a que esta labor era la fiebre de los españoles, es por eso que murieron miles de indios. Subiendo el negro de nivel racial, se da la contradicción, el negro discrimina al indio.
El racismo ha generado como una guerra civil en nuestra sociedad, y este racismo se hace más fuerte por la educación hasta ocupacional. Un claro ejemplo es la ocupación de empleada domestica, porque todas tienen que ser de raza india, generando hasta acoso sexual, porque a veces son discriminadas por las autoridades.
Lo que el peruano no quiere entender, que sino tiene de inga tiene de mandinga. El racismo se ha hecho más fuerte al sobrevivir tantos siglos que ya es algo normal escuchar: “Oye se ha casado con un blanco, será para mejorar la raza”.
Pero desde hace tiempo se ve en los medios de comunicación, como la televisión se ve la inclusión y el racismo a la vez. Hay inclusión como en las novelas como Natacha o papeles cómicos como La Chola Chabuca o La Paisana Jacinta, con la historia del provinciano que llego a Lima que esta plasmada en una canción de Chacalon, es que hay que tener en cuenta que casi el 80 porciento de la población tiene los rasgos indígenas. Bueno, y el racismo se veía antes en los comerciales, con el prototipo de mujer europea, diciendo: lo blanco es lo mejor, no todos los comerciales han cambiado, pero ahora es más seguido ver una vestimenta indígena.
Es que estos cambios se han dado por el sin número de denuncias contra discotecas, restaurantes, universidades, con la típica frase “nos reservamos el derecho de admisión”. El último ejemplo que vimos fue hace unos meses en el concurso de Miss Perú.
Pero ya se puede ver una inclusión social tanto en la vestimenta como en la comida, con la creación de la “nueva burguesía”, llamados los conos, debido a que en esos distritos se encuentra la clase emergente, esa agrupación de provincianos que supieron adquirir su clase social. Lo que Matos Mar llamaría un desborde popular, están como ejemplo los grandes centros comerciales como el Mega plaza, Plaza Lima Sur.

27 septiembre, 2011

El problema de la superioridad e inferioridad racial.


La superioridad o inferioridad raciales son conceptos relativos a cada cultura, y dependen de su escala de valores.
Si es cierto que las razas son grupos sociales estadísticamente diferenciados unos de otros, es también evidente que sus diferencias han producido la idea de que unas son superiores a otras. El supuesto de la superioridad o inferioridad se ha mantenido, sobre todo, con base a los progresos culturales o en materia de civilización realizados por cada raza.
Si se analizan los logros científicos y tecnológicos de las civilizaciones occidentales contemporáneas y se comparan con los obtenidos con las demás razas, se observará que los caucasoides se encuentran en la cúspide del progreso material; en este sentido los mongoloides ocupan un lugar intermedio, mientras que los negroides se hallan en el umbral del mínimo progreso en la escala evolutiva, exceptuando a los australoides, que aparecen vinculados con él mas bajo nivel cultural considerado racialmente.
Estos son hechos que conviene considerar en función de diferentes factores. Si algunas de estas diferencias raciales son atribuibles al ambiente y otras reconocidas como debidas a la herencia genética, es indudable que ello presupone la existencia de una doble perspectiva inicial para valorar el fenómeno de la diferenciación racial; por ello, proporciona una base de comparación en materia de superioridad y de inferioridad racial para la cultura que, obviamente, debe considerar el problema desde el punto de vista relativista, aunque también ciertos hechos han de estimarse a partir del reconocimiento de que lo bueno para unas actividades no lo es necesariamente para otras.
Así mismo, cabe considerar que las correlaciones raza- cultura siempre tienen un carácter subjetivo y obedecen mas a reacciones emocionales que situaciones plenamente objetivas. En todo caso, las correlaciones que se hacen entre morfología racial y progresos culturales relativos, tienden a ser la expresión de puntos de vista que difícilmente son admitidos como convincentes a la luz de la ciencia estricta. En lo fundamental, impresiona la idea de que al efectuar el balance de los logros culturales obtenidos por las razas, sólo se piensan en conjuntos raciales aislados, esto es, los negros del África central, los esquimales o los australoides.
Pero, casi nunca se piensa en las poblaciones modernas, donde miembros de todas las razas viven en una sola sociedad nacional, por ejemplo, Estados Unidos, en donde las razas tienen individuos distinguidos en los diversos campos de expresión de la inteligencia. En tal extremo, si lo que realmente distingue al hombre de los demás animales es la inteligencia, es obvio que todas las razas tienen individuos inteligentes y, asimismo, que los porcentajes de personas que son inteligentes en cada raza varían en función de los ambientes en que viven y de los estímulos culturales que reciben éstos. Así una sociedad compleja o urbano- industrial, como las modernas, es indudable que ofrece mejores condiciones que cualquier otra para el desarrollo de las complejas funciones intelectuales de los individuos que viven en ellas y son sujetos de sus posibilidades socioculturales.
Si se piensa en el desarrollo de las civilizaciones y se observa que los caucasoides y los mongoloides han creado grandes y avanzadas culturas, se concluye que tales progresos deben ser considerados como susceptibles de modificaciones, y en ellos se incluyen los individuos de todas las razas. El problema consiste en aclarar hasta que punto puede entenderse que las diferencias morfológicas son causa de diferencias culturales, lo que constituye la cuestión mas seria con que se encuentra la llamada superioridad o inferioridad de las razas. También es cierto que cuando se piensa en términos de dicha superioridad, se incluye asimismo la idea de que mientras unos grupos desarrollan ciertas cualidades, otros destacan en aspecto que son exclusivos. Sin embargo, el hecho biológico de mayor importancia consiste en que, mientras se producen incompatibilidades sociales entre individuos de razas diferentes, ambos pueden mesclarze y tener descendencia mestiza. Esto indica que no existen incompatibilidades biológicas, precisamente porque son miembros de la misma especie. Es decir, como especie, todos los individuos son aptos para la reproducción de las cualidades fundamentales de la misma.

La repulsión innata no existe.


Las diferencias que pueden observarse en el aspecto físico de los hombres que pertenecen a las diferentes razas no autorizan a prejuzgar la existencia de formas de ser o de obrar propias de los miembros de cada una de las variedades humanas, sin olvidar, además, que las únicas diferencias físicas que los antropólogos han podido adoptar como medios prácticos de discriminación se refiere a detalles superficiales; color de la piel, color y forma de ojos y del pelo, forma del cráneo, de los labios y de la nariz, estatura, etc. En el momento que se abandona el campo de la biología pura, la palabra raza pierde todo significado. Mas allá de la división política en nacionalidades, no hay duda que puede clasificar a los hombres en grupos caracterizados por una cierta comunidad de comportamientos, pero es en función de diversas culturas como pueden establecerse tales grupos, que coinciden con los grupos establecidos a partir de semejanzas en la apariencia corporal y no pueden ser ordenados según una jerarquía basada en otra cosa que en consideraciones pragmáticas desprovistas de todo valor absoluto puesto que están necesariamente ligadas a nuestro propio sistema cultural; jerarquía que no tiene valor, en resumen, mas que durante un tiempo determinado, al estar las culturas dotadas de movilidad, todavía mas que las razas, y siendo capaz cualquier pueblo de una de evolución cultural muy rápida después de muchos siglos de semiestancamiento. Puede uno preguntarse, en tales condiciones, de dónde procede este prejuicio que lleva a considerar inferiores a ciertos grupos humanos, a causa de una composición racial que, según se pretende, les sitúa irremediablemente en inferioridad de condiciones.
El prejuicio racial no es hereditario, ni espontáneo; es un prejuicio, es decir un juicio sin base objetiva y de origen cultural; lejos de darse en las cosas o ser inherente a la cultura humana, forma parte de los mitos originados por una propaganda interesada, mucho más que basado en una tradición secular. Puesto que está ligado esencialmente a antagonismos basados en la estructura económica de sociedades modernas, no desaparecerá mientras los pueblos no transformen esta estructura, lo mismo que ocurre con otros prejuicios que no son causa de injusticia social sino mas bien de síntomas. Y así gracias a la cooperación de todos los grupos humanos cualesquiera que sean, en un plano de desigualdad, se abrirán para la civilización perspectivas insospechadas.